Siempre supe que quería ser madre. Cuando mi esposo y yo nos casamos ya estábamos listos para empezar a planear nuestra familia.
Nuestra boda fue en Marzo del 2008 y en Diciembre, nos dio tanta emoción saber que la prueba de embarazo fue positiva. Después el médico lo confirmo y me dijo: “¡Estás embarazada!” Esas eran las palabras que necesitábamos escuchar.
Como cualquier nuevo padre, estábamos encantados por el regalo de vida que crecía en mí. Habíamos orado y Dios había contestado.
Transcurrieron semanas, y luego nos enteramos: “¡Vas a tener una niña!” ¡¡¡Una princesa!!! ¡Que emoción!
Nuestra primera bebé, la primera sobrina, y la primera nieta en nuestras familias. Esta pequeña pronto sería amada y mimada .
Ahora empezaría la diversión de comprar ropa, vestidos y moños. El color morado y rosa estaría en cada traje, además de zapatos y juguetes para bebés. Fue una temporada inolvidable de preparación para nuestra niña.
Las náuseas, los vómitos, los pies hinchados y noches incomodas serían parte de eso también. Sin embargo, todo valía la pena al saber que pronto estaría con nosotros. Saludable, hermosa y fuerte. Así que a la semana 41, yo ya estaba lista para conocerla.
El parto fue difícil. Me imaginé que la rotura de agua sucedería naturalmente, que tendría contracciones que podría tolerar y que todo seria como de película. Yo estaba delirante y tenía expectativas poco realisticas.
No se puede predecir completamente lo que el cuerpo experimentará y cómo reaccionará al parto. Yo pase por varias complicaciones, una de ellas fue que no dilate. No voy a compartir las razones porque los detalles son información muy personal. Pero debido a esta lucha, tuve un procedimiento doloroso para ayudar a comenzar el proceso de dilatación, pero no funcionó. Inducir el parto fue el siguiente paso.
Me decepcione tanto porque tenía expectativas que tuve que dejar ir rápidamente. Además de eso, no pude tolerar los fuerte dolores de ser inducida y escogí la anestesia epidural para aliviar el malestar y para ayudarme a descansar, pero el alivio fue temporal. El parto fue largo y la aguja se salió antes de dar a luz y experimenté el dulce dolor del parto. Una vez más me sentí molesta de lo inesperado y de todo lo que había ocurrido.
Mirando hacia atrás hay muchas cosas que desearía haber hecho diferente. Me hubiera gustado preparar mejor mi cuerpo y corazón para todas las opciones, además de estar mentalmente y emocionalmente lista para el agotamiento del largo parto y de las personas que me decían que hacer y no hacer.
Siento que me había preparado para lo que generalmente se espera, pero no muchas mujeres hablan o nos enseñan sobre las otras posibles opciones durante el parto. En mi caso, no estaba preparada para las complicaciones que mi cuerpo experimento.
Admiro a las mujeres que tienen un parto completamente natural, yo quería ser una de ellas. Pero también creo que todas las formas de dar a luz deben ser admiradas y elogiadas. El dicho, “el que no arriesga no gana,” es para todas las mujeres, porque el parto es doloroso y es un riesgo en todas las circunstancias. “Un parto sin miedo” es para todas las mamás, porque todas somos valientes por hacerlo. Muchas mujeres, incluyéndome a mí misma, nos hemos sentido avergonzadas y creemos que porque no tuvimos un parto natural, no somos lo suficientemente fuertes o nos sentimos culpables por la manera en que las cosas se desarrollaron. Me tomó mucho tiempo entender que mi experiencia fue mi historia con mi primer bebe, y fue hermosa.
Sea cual sea su experiencia y las decisiones que tomó o tuvo que tomar debido a las complicaciones, permítame afirmarle que están bien. Usted (y o el médico, la doula, la partera, etc.), saben lo que es mejor para usted, su cuerpo y su bebé, o qué decisiones tuvo que tomar para la seguridad de usted y su bebe.
Le animo a compartir su historia con otras mujeres, sus experiencias y sus luchas. No sabes a quién va a afectar, motivar, ayudar o cambiar al compartirla. Comparte con amor, comprensión, compasión y con un corazón atento a las experiencias personales de otras mujeres y sus luchas con el embarazo, sus partos, el amamantamiento, la alimentación con el biberón, la crianza de los hijos, etc.
Yo todavía estoy aprendiendo a escuchar mejor y amar a otros en la época que se encuentran.
Juan 16:21 dice: “La mujer que está por dar a luz siente dolores porque ha llegado su momento, pero en cuanto nace la criatura se olvida de su angustia por la alegría de haber traído al mundo un nuevo ser.”
El parto es realmente magnífico pero difícil. Doloroso pero vale la pena. Una experiencia sacrificial donde nace el amor incondicional. Pero después de los fuertes gemidos, el dolor disminuye y se forma en una sonrisa sin palabras y lágrimas de felicidad.
Después de 27 horas, ella nació.
Una hermosa niña de 6 libras 8.4 oz, y 19 pulgadas.
Su nombre es Natalia, ella es maravillosamente creada.
Una obra fabulosa, desde su indescriptible belleza, a su perfecta piel y olor dulce y puro. Sus grandes ojos iluminan nuestras vidas y su linda nariz y pequeños labios fueron hechos precisos. La alegría increíble que nos trajo, ayudó a quitarme las horas de dolor. Su fuerte llanto fue música para nuestros oídos y cuando ella sonrió, derritió nuestros corazones. Estábamos enamorados.
¿Te has enamorado así? Donde nada más importa y el tiempo se para a la vista de un milagro y tal belleza.
Muchas lágrimas fueron derramadas en la celebración de su vida. Prometimos protegerla a cualquier precio y ser buenos administradores de la vida que se nos ha confiado. Ser su voz, cuando no podía hablar y defender su derecho a ser escuchada. Hemos prometido enseñar y guiarla y amarla sacrificial e incondicionalmente. Nos comprometimos a mantenerla fuerte y saludable a cualquier costo.
Así que cuando ella tuvo que quedarse un día más por causa de la ictericia, nosotros, especialmente yo, no sabía cómo reaccionar, sino sólo llorar en desesperación por mi linda niña.
Poco sabía que su ictericia sería pequeña en comparación con los desafíos de salud que enfrentaríamos en los próximos meses.
Mantente atento a la siguiente palabra…